Urkupiña: historias de milagros, promesas y fe
Con lágrimas en los ojos, sosteniendo un rosario blanco y con la mirada dirigida hacia la mamita de Urkupiña, Magdalena Mejía, una feligrés que llegó desde Argentina hasta Quillacollo, le agradecía el favor del milagro a la Virgen María, entre decenas de personas que le prendían velitas a la santa imagen, en el santuario del templo San Ildefonso.
Magdalena padecía una rara enfermedad que ponía en riesgo su vida, por lo que fue operada con suma urgencia, sus probabilidades de salir con vida eran muy escasas, según cuenta.
“Yo estaba muy enferma y antes de entrar al quirófano le dije: ¡Virgencita, sálvame! Ella me cumplió, yo le prometí que como sea iba a estar en su país y con mucho esfuerzo estoy acá, para agradecerle y para mirarla de cerca. Vine también para pedirle por una hermana mía que tiene cáncer terminal y yo le pido que me la proteja en todo momento”, explicó llorando la fiel devota.
Al igual que ella, miles de seguidores de la Virgen de Urkupiña se hicieron presentes en su fiesta para rendirle culto, darle gracias por algún milagro o simplemente pedirle su bendición hasta el próximo año.
LAS ADVOCACIONES DE LA MADRE DE DIOS
El fervor a la Virgen se complementa con la llegada de las advocaciones marianas, que desde diferentes partes de Bolivia y el mundo, llegan hasta la festividad para ser admiradas y veneradas, al igual que la mamita de Urkupiña.
Cuando las imágenes se lucieron en la procesión por las calles de Quillacollo, miles de creyentes se emocionaron y derramaron lágrimas al apreciar a las advocaciones marianas.
En esta infografía interactiva se muestra una reseña de las 32 vírgenes que llegaron hasta Bolivia.
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El recorrido de las imágenes se realizó desde el templo Nuestra Señora del Rosario, en Vinto, hasta el santuario de la Virgen de Urkupiña en el templo San Ildefonso, en Quillacollo.
De esta manera, 32 advocaciones marianas visitaron Quillacollo y protagonizaron una fiesta religiosa que trajo la presencia de feligreses de diferentes partes de Bolivia y el mundo.
LA DANZA, UN HOMENAJE CON FERVOR A LA MAMITA DE URKUPIÑA
Con devoción, entusiasmo, alegría y sobre todo mucha fe, más de 70 fraternidades ofrendaron sus danzas en la entrada folklórica de la Virgen de Urkupiña. Caporales, tobas, morenos, diablos, tinkus y diversos ritmos pusieron el fervor y le dieron un particular colorido a las calles de Quillacollo.
Miles de feligreses disfrutaron desde graderías y sillas el recorrido de los bailarines, quienes llegaron hasta el templo de San Ildefonso para cumplir con la promesa a la Virgen María de Urkupiña.
Los bailarines, acompañados de sus bandas, lucieron coloridos y tradicionales trajes que pusieron el toque de alegría a una fiesta que contempla elementos culturales y religiosos, propios de Bolivia.
Es así que cientos de danzarines demostraron su devoción con la Virgen de Urkupiña. Los Tiempos se contactó con algunos representantes de las diferentes fraternidades, quienes explicaron la emoción que sienten al cumplir con la Virgen María.
PROMESA A LA VIRGEN MARÍA
Miguel Sevilla, representante de la fraternidad “Caporales Bolivia” indicó que una de las principales características de su agrupación es la integración, ya que está compuesta por bolivianos de diferentes partes del país. Afirmó que la única recompensa tras su participación en la festividad es llegar a los pies de la Virgen de Urkupiña.
“Nuestra fraternidad busca la integración a través de la devoción a la Virgen de Urkupiña, el país ha estado fragmentado por mucho tiempo, nuestros fraternos vienen de todos lados de Bolivia y nosotros queremos representar unidad. Lo que queremos es cumplir con la promesa, la recompensa que nosotros tenemos es llegar ante los pies de la santa virgen”, contó Sevilla.
Gonzalo Rocha, presidente de la fraternidad “Tobas Santísima Trinidad”, explicó que uno de los aspectos importantes para llevar adelante la danza es la devoción y la creencia en la Virgen María. Asegura que formar parte de la festividad involucra un gran sacrificio que solo puede ser recompensado con el cumplimiento de la promesa a la santa imagen.
“La devoción no se puede obligar, la devoción sale del corazón. Nuestra fraternidad ya tiene 18 años de vigencia y nosotros bailamos por pura devoción a la Virgen María”, señaló Rocha
Por otro lado, José Miguel Aguilar, representante de la fraternidad “Saya Afro Cochabamba”, aseguró que la fiesta de Urkupiña tiene una esencia religiosa y cultural que logra atraer a miles de personas, movidas por su fe y por sus creencias en la Virgen.
“Nosotros nos desenvolvemos en todo lo que es el amor a la virgen, tenemos mucha fe en María y eso es lo esencial de nuestra fraternidad. Nuestro único objetivo es cumplir con la promesa a la mamita de Urkupiña”, expresó Aguilar.
LOS NIÑOS DEMUESTRAN SU FE A TRAVÉS DE LA DANZA
Con algo de timidez, pero con notoria alegría y devoción, 19 fraternidades de niños, niñas y adolescentes mostraron sus trajes hechos a medida, en la famosa entrada de “Urkupiñita”.
Los niños, acompañados de sus padres y maestros, danzaron por las calles de Quillacollo hasta llegar al atrio del templo de San Ildefonso, al ritmo del tinku, diablada, morenada y otros.
De esta manera los devotos más pequeñitos lucieron coloridos trajes y participaron de una actividad que para muchos padres es la “piedra fundamental” para inculcar el valor de la fe y devoción en los niños.
EL MENSAJE DE LA IGLESIA CATÓLICA
“María nos conduce a la misericordia del padre. Nosotros debemos dejarnos conducir por parte de la virgen hacia su hijo Jesucristo, que es la encarnación del padre y de la misericordia. La festividad de la virgen es una oportunidad para que cada uno de nosotros entre en un ambiente de reflexión, es una fiesta religiosa para tener una alegría sana en nuestro corazón y espíritu”, fue el mensaje principal del padre Alberto Bortolini, párroco del templo San Ildefonso.
Asimismo, el sacerdote exhortó a toda la población boliviana para que la fiesta de Urkupiña sea un espacio para compartir con la familia y reconciliarse con el prójimo.
“La unión, el amor y el perdón deben ser las características de la fiesta. Este es un encuentro sanante, un encuentro que da nueva vida para una conversión autentica, en la cual María es mediadora ya que ella nos conduce para el cambio necesario en nuestra vida”, explicó Bortolini.
El sacerdote agregó que, al igual que un niño pequeño, los hijos de la Virgen María deben acudir a ella con docilidad para “sanar sus heridas y recuperar el espíritu lleno de amor”.
“Dirijamos nuestra atención a la Virgen María, logremos un encuentro maternal y dispongamos nuestro corazón para vivir un cambio en nuestra vida”, fue el mensaje final del padre Alberto Bortolini.
POR: CHRISTIAN BURGOS
VÍDEOS: GERARDO BRAVO
FOTOS: LOS TIEMPOS - AGENCIAS - WEB